miércoles, 30 de enero de 2008

Pocas son las cosas importantes en la vida!! - 2

Mi querido Jose Luis: El tema de inauguración de mi Blog: "Pocas son las cosas importantes en la vida", va más allá de la anécdota que pongo, es verdad.

Hace un tiempo, empecé a sentir algo nuevo, casi todo se me hizo nuevo en mi, tanto de lo de afuera como lo de adentro de mi mismo. Así me constituí de pronto en un ser súper ignorante, como alguien que recién comienza a captar cosas y a ver.., no se si será parecido a quien vuelve a nacer y salir al mundo, un "re-nacimiento" que voy verificando de a poco y con cierta timidez te confieso, más si empleo ese término, re-nacer, que siempre se me apareció fuera del alcance de alguien como yo, aunque no es la primera vez que experimento algo así. Vengo recordando cosas muchas veces escuchadas, pero estas se me aparecen como si fuera la primera vez que las leo u oigo, y de un tiempo a esta parte, como en un permanente "ahora", muy dinámico por cierto. Todo lo que aparentemente sabía, voy tenido que irlo re-aprendiendo, instante en instante, como si todo lo anterior se me tornara dudoso. Imagínate, ...ufffff... ¡toda mi memoria puesta en duda, a los 54 años.., que horror je je je :-)), que belleza!. Tanto así, que me veo a veces muy silencioso, pero al tiempo con una gran paz interior, que me habilita para la percepción de cosas antes pasadas por alto. Esta es la una nueva forma-de-estar-en-el-mundo de la que tanto he leído, me digo, una en que las "cosas de la vida" van tomando cuerpo y significado, pero dinámicamente, de forma siempre cambiante y renovada. Me viene pasando que me resuenan palabras de mi maestro (Silo), que no había captado en su magnitud antes. Te doy un ejemplo; "... sigue el modelo de las cosas simples, como son simples este cielo, esta nieve y este sol que nos bendice..." (de la arenga de La Curación del Sufrimiento - 1969 en Punta de Vacas Argentina) ¿Qué me está diciendo, porqué me lo está diciendo?, ¡que enseñanza que hay detrás de estas palabras, me digo ahora!

Hay una palabra que utilizan mucho los colombianos o más los vallecaucanos y que tiene diferente sentido en su uso acá en Chile y en otras partes; se refiere al término "fresco", en su acepción de frescura, de algo tierno y limpio, del "aire fresco" o de la "verdura fresca". Cuando estás complicado con algo referido a alguien o algo, te animan diciéndote "fresco hermano, fresco" y te dan un par de palmadas en la espalda, como recomendándote un ¡suelta, suelta!. Yo, frente a estos acertijos en torno a la muerte, que los considero de máxima importancia para mi vida y la de otros Y retomando el tema de lo importante; veo el sufrimiento de la gente y de cómo se ha ido tornando "complicada" la vida para tantos; de cómo fui, sin darme cuenta de ello, desde la más tierna infancia complicándome la propia vida, primero inconcientemente y luego siquiendo quimeras y ensueños heredados. Me refiero al sufrimiento mental con que cada uno tendemos a recargar nuestro estado, ya sea por contenidos mentales no resueltos y/o por malos armados, más las propias circunstancias existenciales que impone el medio (externo e interno). En mi conversaciones con amigas y amigos nuevos de aquel precioso país (donde se vive una situación muy difícil, con gran violencia de todo tipo), les recomendaba "alivianar" toda carga sufriente, aligerar el equipaje mental que les hace a veces sobre-cargar sus estados cotidianos, que fueran mas compasivos consigo mismos, porque -les decía-, ¡pocas son en la vida las cosas verdaderamente importantes! Una de ellas es (creo firmente) es tratarse bien, ir a la reconciliación con uno mismo y dejar de darse latigazos.

Definitivamente; la memoria, la imaginación y la sensación son las vías del sufrimiento cuando su funcionamiento no está normalizado, vías necesarias para la vida. Sufrimos por muchas cosas que no son sino ilusiones, fantásmas que pueblan nuestra mente haciendo más difícil el existir cotidiano. Alguien preguntó un día ¿como vencerá el ser humano a su sombra?, creo captar ahora su pregunta y la respuesta a la misma, pero esa es otra conversación.

Algo bueno José Luis pasa con esto de la muerte y sus acertijos, qué decir del planteado por el maestro; "no hay sentido en la vida si todo termina con la muerte". ¿Qué decir de este importante acertijo que me viene acompañando desde ya años? Creo estár comenzando a rozar, el bordecito diría, de esa gran respuesta que encierra el mismo.

Tengo algunas certezas ya, y se van acumulando. Una de ellas es que hay respuesta clara y contundente (aunque no pueda explicarla racionalmente) a tal acertijo. Siento cosas buenas, como la existencia de un hilo invisible, o señales que el sentido de la vida emite desde un punto. Que tales puedo captarlas o no, pero que sin lugar a dudas influyen y operan en mi vida (y en la de todos), señales que son para uno en particular, porque ninguno de nosotros ha partido desde el mismo punto de salida, y lo son también para todos y todas, en este viaje de la materia hecha conciencia en nosotros los humanos Es la acción de una "supra-mente" (por llamar esto de algún modo) actuando en este multiuniverso que somos nosotros y "el todo". Estas señales hay que a p r e h e n d e r l a s, porque si esto es así, orientan en la dirección correcta y todo bien, y si no, desorientan y todo mal. En tal sentido, escucho la enseñanza que me explica: El dolor es la señal que el cuerpo da cuando algo no anda bien, por lo tanto me está avisando, están al servicio de mi vida las señales de dolor, impulsándome a superarlo, a ir al médico por ejemplo y buscar solución. Así, el sufrimiento es la señal que da la "mente" en mi, para indicarme que algo va mal. Simple la cosa ¿no?... porque en tal caso, dígame lo que me diga, si sufro, tal justificación y la mirada que pongo en lo que me rodea es sólo ilusión. Mira tú que simple, el dolor es al cuerpo lo que el sufrimiento es a la mente... y que fundamentante para la elección de la dirección de mi vida; me recuerda las palabras de Silo en el libro El Paisaje Interno, concretamente en el capítulo "La Pregunta" que dice: " I. He aquí mi pregunta: ¿a medida que la vida pasa, crece en ti la felicidad o el sufrimiento? No pidas que defina estas palabras. Responde de acuerdo a lo que sientes." Y continúa: "2. Aún cuando sabio y poderoso, si no crece en ti y en quienes te rodean, la felicidad y la libertad, rechazaré tu ejemplo."

Para terminar y relacionando con lo que he pretendido resalta en mi anterior entrada, te digo que la palabra AMOR para mi fue un gran lío, porque como muchos, fui víctima de su mal uso cuando no me trataron bien y cuando hice lo propio a otros. Tanto así que su uso me producía tiritones... Me saltaba la canción del cantante chileno Florcita Motuda cuando ironizaba "... por amor la maté..,", etc. Su significado siempre estuvo velado por la mezquindad, la manipulación y la hipocresía, cuestiones que sigo observando a mi alrededor a diario y que trabajo incesantemente para hacer desaparecer en mi. Pero, y he de decirlo, también observo que tal sentimiento despierta las más hermosas pasiones e ilumina al ser humano, inspirándolo y haciéndolo bondadoso y bueno. Hay en el amor verdadero algo muy grande que enlaza mi ser con la grandeza de nuestra especie y del universo. Creo que lo dicho por la anciana en esa cama de hospital, en la síntesis de su vida (que relaté en la entrada anterior), es una gran verdad, yo lo vi en sus ojos y en la iluminación de todo su rostro, en su esfuerzo por hacerme comprender. No se, al menos a mi me dice aun hoy, muchas y hermosas cosas.

Hasta la próxima.
Santiago, 30 de enero de 2008

martes, 22 de enero de 2008

Pocas son las cosas importantes en la vida!!

En mis conversaciones del día de ayer 22 de enero de 2008, ante el inspirador paisaje de playa de Viña del Mar (Chile) y junto a Paulina, mi nuevo amor. En este, mi primer verano después de 30 años de ausencia en el país que me vio nacer; miraba la vida que se estaba dando a las orillas de ese mar helado que es el pacífico, los niños con sus familias, el luminoso sol que doraba las olas y el mar hasta el horizonte, las bondades de quienes me acompañaban que hilaban discursos en un tono alegre y reconfortante. En fin un marco totalmente inspirador que me hizo recordar un anécdota de esas simples pero con un hondo significado que ahora les relato:

Un día una gran amiga me invita a ver a su madre, una persona mayor que vivía sola en un pueblo manchego de España y a quien unos meses antes había conocido en su casa. Estaba en el lecho de una cama hospitalaria, parecía entonces que se encontraba cercana a sus últimos días de vida en este espacio-tiempo en el que vivimos nuestras vidas humanas. Ella intuía la existencia de una relación especial que yo mantenía con su hija mayor, quien por otra parte se acababa de separar de su pareja después de 25 años de matrimonio.

Debo decir que el tema de "la muerte", para mi es un tema recurrente, que no eludo meditar y hablar y hablarme de ello. He comprobado que mientras más cercana tengo la copresencia de la misma, mas intensa vivo mi vida con sus acciones y significados. Siento a la muerte como un hecho natural que hace al proceso de todo lo viviente en este mundo. Para mi es un acto de liberación que cierra un ciclo y abre otro... Tengo la certeza indemostrable de que ese nuevo ciclo al que accederé después de mi muerte física, lo construyo en esta vida, sospechando que no es para todos igual sino conforme a cómo y con qué vaya construyendo mi vida ahora en este espacio y en este tiempo. Sin duda voy hacia mi muerte física y eso me hace atender a la posibilidad de trascendencia, de continuidad más allá de la muerte.

Sé que hay algo que impulsa todo, que ese sentido de la existencia opera así tenga o no conciencia de ello. Sintetizando, que no es indiferente nada de los que haga, sienta o piense en mi vida, porque son elementos con los que estoy, además de todo, construyendo la continuación de una existencia que a veces rozo, después de mi partida. Termino diciendo que para nada creo en las amenazas de ultratumba de las religiones ni en ese Ser que ha de someterme al premio o al castigo cuando muera.


Me siento al lado de su cama tomo delicadamente su mano y comenzamos a sintonizarnos con las miradas, algunas pocas palabras y en ambos una cálida sonrisa. Su hija, viendo lo que estaba produciéndose entre su madre y yo, decide acertadamente salir de la habitación y dejarnos solos. Hablamos de echo de morir, de los significados que para ella tenía tal acto, le pregunté cómo estaba enfrentando el tema y la conversación fluía calmamente, estrechando aun mas nuestro lazos. Yo sentía su agradecimiento por facilitarle la oportunidad de hablar del tema sin la carga doliente que suele acompañar estas situaciones. Ella me hablaba calmamente como si estuviera buscando que cada palabra que saliera por su boca, fuera la justa y adecuada, que coincidiera con lo que estaba viviendo en esos momentos, mientras apretaba mi mano cariñosamente.




De pronto le pregunté: ¿Qué es, en estos momentos en los que estás sintetizando lo que ha sido tu vida, y conforme a toda la experiencia que llevas acumulada, lo más importante en esta vida? Hizo un profundo silencio buscando en su interior mientras me expresaba un cierto gusto por la pregunta que le hacía… Y como saliendo de los espacios mas profundos de su ser me respondió resolutivamente “El Amor”. Eso te digo al final de mis días Juan Guillermo, nada más importante que el amor hay en esta vida. Yo a veces me arrepiento de no haber captado esta verdad y haber puesto otros valores por encima de este. Definitivamente es el amor que das y el que recibes lo único importante que a mi ver vale la pena, porque al final de mis días, todo lo demás se me torna secundario respecto a él.

Entonces le agradecí mucho su testimonio, el cual para mi encierra una gran enseñanza, que como les cuento vino a mi memoria en este paraje luminoso lleno de vida y seguramente por asociación del gran amor que vengo sintiendo en estos días. Me ha gustado dejar por acá esta breve experiencia de mi cotidiano vivir para compartirla con todos y todas.

Hasta la próxima.
Santiago 23 de enero de 2008